Monday, October 31, 2005

casas

Cuando éramos chicos, en casa, nos reíamos de todo y cuando éramos grandes también nos reíamos de todo, pero nadie nos informó que de eso se trataba precisamente ser un pelotudo.
Ahora que por fin pude dejar de oír esa estúpida risa y, sobre todo, de producirla, descubro otros sonidos. De mañana, en el barrio, los pregones de los vendedores ambulantes se mezclan con los cantos de los pájaros de tal manera que no se entiende bien qué está a la venta, y el pregón suena como un clamor abstracto, un grito natal del mundo mismo.
Cuando era chica, en mi casa, nunca me sentí como en mi casa: en aquel entonces las casas no se habitaban sino que se construían, se limpiaban, se hacían brillar y se mostraban. Eran trofeos, vidrieras, decorados, y nunca nadie estaba lo suficientemente limpio como para salir también en la foto, por eso lo mejor era pasar desapercibido.
Una casa era una carga. Era el Horror. Era lo que aplastaba. Era lo que uno llevaba después a cuestas, como un caracol, hasta el consultorio del terapeuta. Para soportar estar en casa era preciso recurrir a toda clase de psicofármacos, psicotrópicos, anestésicos, defensas neuróticas, psicóticas e histéricas, regresiones y síntomas. En casa, no teníamos cuerpos, sólo almas: íbamos al médico y siempre era todo psíquico, todo de los nervios, ya estaban prevenidos, hasta las maestras y nuestras tías y los dueños de los bares estaban prevenidos contra nosotros que teníamos tantos problemas en la casa.

Ahora, en cambio, mi casa es el mejor lugar: es donde vivo.

Es donde escribo. Déivid descubrió que a sus lombrices del balcón les gustan mucho los restos de yerba mate y hoy mi gato casi caza un pájaro, acorralándolo a dos puntas bajo la biblioteca como el gran estratega que yo siempre supe que era: el ave zafó gracias a un oportuno movimiento de Déivid pero nosotros igual lo felicitamos, al gato que está sumido ahora en una tristeza profunda por la fuga de su presa y seguramente piensa porqué, qué, qué hago yo viviendo acá, en esta casa.

Sunday, October 30, 2005

Salió hoy...

...en el suplemento Señales del diario La Capital la nota que escribimos con Nancy Rojas sobre los nuevos espacios de arte en Rosario. Enlaces a la nota principal y el recuadro haciendo clic acá y acá.

Friday, October 28, 2005

un mundo feliz

Imaginate. Vas un domingo a la mañana al supermercado, buscás en la góndola de los tés y ves una cajita nueva, verde brillante, con la típica hoja de cinco puntas. Trae una advertencia, como los cigarrillos. Adentro de la cajita viene todo el equipo: el papel blanco en su funda de cartón, las hojas picadas envueltas en papel de aluminio. Afuera, un sello: "control de calidad". Y una marca. Se trata de un producto como cualquier otro. Es tóxico, pero menos tóxico que la cerveza o el vino. Al principio la cajera que ve "eso" en tu changuito te mira raro. Después no. Después la gente se acostumbra. Va desapareciendo esa pátina de horror a lo marginal, a lo ilegal, que ahora nos lo hace tan repulsivo y desagradable a algunos. O tan atractivo a otros.
Imaginate despertarte un día y que haya desaparecido la fascinación. Que el Mal ya no esté en ningún lugar. El fin del terror, el comienzo del genuino aburrimiento.

Thursday, October 27, 2005

malas compañías

La psiquiatría cooptada, los débiles estigmatizados, todo por un puñado de dólares más para la industria farmacéutica. El problema de tocar estos temas es que se corre el riesgo del aislamiento social absoluto. En mi caso, más que riesgo, es una condena cierta: el lado bueno del ostracismo definitivo es que ya no pierdo nada tocando estos temas, así que sigo. Para continuar con la idea del post anterior, aporto el enlace a dos notas en Página/12 sobre "el caso argentino".
Parece que acá no cunde el modelo biologicista de "enfermedad cerebral", que para nuestra cultura es casi indignante ("Vos estás mal hecho", le dice el archivillano sociópata a Darín en El Aura, y Darín se encarga de que sean sus últimas palabras). Entonces, si hemos de creerle a cierto investigador de Harvard citado en las notas en cuestión, el laboratorio que fabrica el Tranquinal aprovechó nuestro verso más creíble, el de la "crisis", para psiquiatrizar la malaria del 2001 y fabricarse clientes. Ese año, la "Semana de la Ansiedad" fue un éxito. Gracias a ella un montón de argentinos que hasta entonces estaban amargados y nerviosos por la falta de laburo y de plata, recalaron alarmados en consultorios psiquiátricos y salas de guardia de hospitales, donde fueron diagnosticados y empastillados.
Lo que no siempre se divulga como se debiera es la siguiente polémica: ¿es peor el remedio que la enfermedad? El tema es complejo, pero provisoriamente la evidencia de que dispongo me llevaría a contestar a esta pregunta con un gran SÍ: Sí, es peor. Y además hay abundante literatura sobre el tema, tanto testimonial como científica, que refuerza la idea de que efectivamente los antidepresivos y ansiolíticos desestabilizan la química cerebral y a la larga producen, en forma crónica, la misma enfermedad que dicen combatir (o la contraria, con lo cual se fabrican bipolares, clientes farmacológicos perfectos ya que tienen que tomar medicación de por vida). Un diagnóstico es un viaje de ida: no te subas. Para mí no hay ansiedad ni angustia que un buen té de tilo (25%), manzanilla (25%), menta (25%), melisa (15%) y cedrón (10%) -o un buen porro si la marihuana fuera legal y confiable- no aliviara o alivie. (La fórmula citada es de "Ensueños", de Taragüí. Lo venden en el supermercado.) Si no zafo con eso, es que no hay remedio; habrá que escribir un buen poema trágico...
Sí, habrá que escribir un buen poema trágico y resignarse. UPDATE PARA MALPENSADOS (enero 2006): Sí, YA SÉ lo que estás pensando... Ahora bien, ¿Qué pasa si luego de cojer como los dioses paganos TAMPOCO te podés dormir? Cuando, independientemente de quién te acompañe o cómo, el sueño TARDA en llegar. Y no se sabe por qué, el sueño es como un Charly García que hace su aparición 2 hs. tarde con una sonrisa: "jódanse por acostarse temprano, ja, ja". Y es a esa demora a lo que habrá que resignarse, más allá de con quién o sin. Cuando digo angustia o ansiedad no me refiero a lo que vos estás pensando, no. En realidad este post fue una respuesta a los emails de un amigo médico que insistía con una creencia ciega en la farmacopea química.

UPDATE: ¿O porqué no uno cómico? Acabo de encontrar un blogger español que parodia a Lou Marinoff: "En el siglo XXI, si en el colegio un niño más grande te da de hostias, vuelves a casa y caes en una profunda depresión. Dicen que, así a ojo, hay un huevo de niños deprimidos... En las últimas décadas, ese niño ya no sólo tiene depresión, sino que sufre el 'trastorno del niño que recibe una somanta de hostias diaria'... Si tus padres van al terapeuta y le dicen que no creen que tengas un 'trastorno del niño que recibe una somanta de hostias diaria', el terapeuta les dice que tienen un 'trastorno de negación de un trastorno del niño que recibe una somanta de hostias diaria'. El psiquiatra os receta a todos tres cucharadas de Prozac al día y hala, a tomar por culo." (El post completo, clickeando acá.)

UPDATE al UPDATE: quedó lindo este post.
Le faltaba esa vueltita de tuerca...

Wednesday, October 26, 2005

Platón & Prozac

(acá también pasa)

"A veces charlo con cursos de colegio universitario, clases de psicología. Es increíble el porcentaje de jóvenes a quienes se les dijo, cuando eran chicos, que estaban mentalmente enfermos, que algo en ellos no andaba bien. Es absolutamente fenomenal. Es absolutamente cruel decirles a los chicos que tienen fallas en el cerebro y enfermedades mentales.
Acá pasan dos cosas. Una, por supuesto, es que esto es un disparate total. Si uno se acuerda de cuando era chico, uno recuerda que tenía demasiada energía o se comportaba a veces en forma no del todo apropiada, y de chico uno tiene emociones extremas, especialmente en los años de la adolescencia. Tanto los niños como los adolescentes pueden ser muy emocionales.
Entonces una cosa que pasa es que se toman las conductas infantiles y se empiezan a definir las conductas desagradables como patológicas. Se empiezan a definir como patológicas las emociones que molestan o que incomodan. Entonces parte de lo que hacemos es patologizar la niñez con definiciones tajantes. Estamos patologizando la pobreza en los niños."

Robert Whitaker, autor de Mad in America, en una entrevista por Terry Messman para Street Spirit, vol. 8., No. 11, agosto 2005 (trad.: B. V.)

UPDATE: Tolerancia cero para las emociones. Sobre todo, para las emociones desagradables que surgen de situaciones difíciles asociadas a la pobreza. Cada vez más, en Argentina también, esa es la cultura y esa es la sociedad que vamos teniendo. Al ampliar el campo de la definición de enfermedad mental, cada vez vamos a tener más enfermos mentales y éstos cada vez van a ser más mujeres, más niños, más ancianos y más pobres. En suma, cada vez más gente injustamente estigmatizada y marginada. Y cada vez más depresión (¿porque quién no se deprime al quedar afuera de la sociedad, entre nosotros los humanos que somos una especie gregaria?), y por lo tanto tendremos cada vez más gente medicada con antidepresivos, entre cuyos efectos colaterales está científicamente demostrado que figuran la manía, la irritabilidad, la violencia y hasta el suicidio.

Pero la industria farmacéutica gana millones así.

¡Bienvenidos al mundo desarrollado!
¡La República sin poetas, como la soñó Platón!

Tuesday, October 25, 2005

oro y plata

LA LLAVE DEL COFRE INTERIOR
SE ENCUENTRA EN EL PUNTO DE DESTINO

Hay tanto de Malvinas en El Aura, de Fabián Bielinsky, como en Iluminados por el fuego, de Tristán Bauer. En El Aura hay cadáveres desde el principio; hay un hombre sufrido y memorioso de cuarenta, cuarenta y pico (Ricardo Darín) con una medallita rectangular colgada al cuello y el cerebro herido; hay un cielo del mismo gris de los caminos de grava, un cielo siempre amenazante con nubes de tormenta; hay frío en el clima y aspereza en el trato entre los hombres; hay un "tener que matar"; hay la perversa belleza de rendirse; hay letras en stencil blanco sobre toldos de lona verde oscuro; hay una invasión súbita, un fracaso, hay la impotencia ante la agonía de un extraño; hay, al fin, un animal que salva. Lo que no hay es una conspiración de críticos que se hayan puesto todos de acuerdo para decir que es buena. Lo que sí hay es calidad cinematográfica a raudales, que justifica ampliamente las reseñas favorables. El Aura es la película más argentina que he visto, y además es una excelente película. Mejor que mucho de lo que Hollywood haya hecho últimamente y tan buena como algunas de las cosas que Hollywood hizo en otros tiempos (The Deer Hunter, de Michael Cimino, es una influencia obvia); El Aura es buena al modo de las buenas películas de antes, las de aquel film noir existencial lleno de música densa y obsesionante donde Alain Delon era el rostro duro y bello de un montón de muertes absurdas y de un par de tristes destinos y de una plata que no llegaba jamás.

Monday, October 24, 2005

bad surgery

Soñé que construía una obra de arte contemporáneo juntando piezas como una sartén vieja, un gancho, todas cosas pesadas que colgaban y en un momento formaban algo pero yo seguía agregando cosas hasta que al fin todo se desmoronaba.
Demasiada reconstrucción.
Empiezo a entender qué falló.

Saturday, October 22, 2005

Patricia Suárez

¿Por qué leerla? Es lo que nos preguntaremos y trataremos de responder Diego Giordano, y quien suscribe, hoy en "Viento en contra", por LT8, alrededor de las 23.

Con sólo 36 años Patricia Suárez ha escrito y publicado o puesto en escena decenas de cuentos y de obras teatrales, y recibido premios por sus guiones cinematográficos y novelas (El premio de novela Clarín 2003, entre ellos). A mí me encantan sus cuentos. Tienen ese no sé qué, ese qué se yo del cine de Jarmush: nos abren una puertita a ese mismo mundo precario de personajes increíblemente ingenuos, de idiotas adorables que se la pasan arrastrando valijas de aquí para allá entre habitaciones de hotel baratas con falsos terciopelos raídos y conserjes sui generis.

Acaba de publicar un nuevo libro de cuentos, Esta noche no es mi noche, por Alfaguara. Acá, en la sección dominical (hay que clickear en el nombre de la autora, que es el penúltimo de la lista), un relato autobiográfico suyo reciente. El sitio "Los Noveles" armó un muy buen portal de enlace a sus cuentos, poemas y entrevistas en Internet. Para visitarlo, hacer clic acá.

Friday, October 21, 2005

de aves y huevos

1. martes

HUEVERO: ¡Soy el huevero!
DÉIVID: ¡Cu cu cu chub!


2. viernes

Pucha que no era tan fácil escribir sobre pájaros. Separan los indicios, estos bichos astutos. No es como en los dibujos animados de Disney, donde ves el pájaro cantando, no. En su vida semi silvestre, el pájaro canta escondido en la espesura. Si se deja ver, es que está muy alerta; y tal caso está mudo. Los pájaros no son estrellas de rock. Los pájaros, como los analistas freudianos ortodoxos, se vuelven invisibles para decir lo suyo. O el pájaro audible, o el pájaro visible: una de dos, y a que a la taxonomía te la arme Holmberg. Acá en la plaza hay unos que necesito saber cómo se llaman porque, si mis sentidos no me engañan, emiten un canto remotamente parecido al estribillo de "I am the walrus" (perdón pero es viernes, recién paro, he traducido ciento veinte páginas en dos semanas) y quiero ponerlos en la nueva novela como remate del pregón del huevero. Sería una cita casi textual de los Beatles, armada cual ready-made o collage con elementos provistos por el azar objetivo. Cosa providencial, si las hay: mudarse uno al pasaje Holmberg, llamado así en honor a un injustamente olvidado escritor y naturalista argentino, y que la vida te cante un tema pop clásico... ¡justo del grupo favorito de tu héroe novelesco! Un héroe (vale la pena aclarar) exhausto y frágil, en busca de indicios.
Necesitaría una siesta. "Dormir, tal vez soñar...".
Pero tengo que leer a Patricia Suárez; y lo prefiero.

Wednesday, October 19, 2005

cuentos chinos

Mientras me adormecía, una franja de playa verde jade se extendió ante mis ojos, y en lo alto una redonda luna dorada colgaba de un cielo azul oscuro. Pensé: no puede decirse que exista la esperanza, ni puede decirse que no exista. Es como los caminos que recorren la tierra. Porque en realidad la tierra al principio no tenía caminos, pero cuando muchos pasan por el mismo lugar, se hace un camino. (Lu Sin, "Mi antiguo hogar")


Hago literatura para librarme de la literatura.
Escribo a contrapelo del sentido común de mi cultura, literariamente constituido. Escribo para explicarme lo que pasa y hallarle un sentido a lo que me sucede que no sea el dado por el sentido común de mi cultura. Porque los mitos que operan como sentido común en mi cultura me dicen que: o bien todo es culpa del Estado, o bien todo es culpa del Inconsciente. Pero me resisto a admitir que oscuramente me llevo a la ruina, como Edipo de Tebas en las tragedias de Sófocles; o que un gobierno perverso conspira contra los ciudadanos libres, como en 1984 o El Proceso. ¡Literatura!
Todo eso es literatura.
Ante el horror, entonces, de no poder ni querer hallarle el menor sentido dado a lo que me sucede, y al mismo tiempo el de no poder vivir si la vida no tiene algún sentido, pongo a funcionar el inconsciente mitopoético y elaboro mis propios mitos. Al principio parecen un delirio. Pero a medida que los conecto con otros textos de otras culturas, y me distancio, y no me los creo, y me concentro en cambio en la belleza de las formas y de los funcionamientos de esos otros textos, todo lo que mi cultura me diga para explicarme la vida se amplía bajo una luz nueva. Surgen otros relatos, otras figuras. "Mi mamá es como un lavarropas, que todo lo que no puede chupar lo escupe", me decía hoy una amiga de un amigo. Y me encantó. También hablamos del Estado, que si no te 'coopta', te destruye: otra vez la figura del lavarropas. Estábamos en casa y mientras tanto en mi pantalla había un cuento chino, literalmente chino, que estoy traduciendo... del inglés, no del chino.
Y que habla de un muro que se levanta entre dos amigos entrañables de la infancia, porque ahora uno de ellos es funcionario y el otro siguió siendo un campesino pobre.

Una vez escribí un poema que decía que todo es accidente, y con eso busqué romper con el sentido común de mi cultura que dice que no, que todo es acto fallido (o producto de alguna conspiración); también escribí un poema que habla de un puente que absurdamente se rompe, para significar el fin (inexplicable, entonces) de una amistad y de las esperanzas que iban unidas a esa amistad. Pero el duelo se soporta: lo que no se tolera es la falta de sentido. Un puente que se rompe, una muralla que se alza, un lavarropas que te escupe: todos acomodamos y contemplamos perplejos los pedazos rotos, todos escribimos nuestras vidas.

Saturday, October 15, 2005

aviso para rosarinos

Coterráneos, residentes: Si mañana llegan a estar como Adán (i. e., al pedo en el Día de la Madre) y tienen ganas de saber qué estamos escribiendo cuatro autores de la Editorial Municipal de Rosario, no dejen de acercarse a las 18 hs. al C. C. Bernardino Rivadavia donde Delia Crochet, Pablo Solomonoff, Jorge Barquero y yo leeremos cada cual un pasaje de lo que con amable optimismo la gente de la EMR ha dado en llamar "mi próximo libro".

Este fue el último chivo por ahora. A partir de mañana este blog recuperará su quejumbroso egocentrismo habitual.

Friday, October 14, 2005

Enero

Si fuera una película, tendría que ser en blanco y negro. Stark black & white: una luz austera, sin grises. Basta ya de comprar basura en las góndolas de libros del supermercado que te expliquen cómo somos de pelotudos los argentinos. No tiren la plata. "Enero" (1958), de Sara Gallardo, es LA novela que hay que leer para empezar a poder pensar por algún lado este maldito país. No temáis, no es un panfleto. Muestra en detalle cómo es que los dueños de las vacas son los dueños de los cuerpos (esto quizás sea un poco demasiado duro para decirlo así como así por LT8, en tal caso lo camuflaremos) y como quien no quiere la cosa, con una prosa de un lirismo extraordinario, nos radiografía estas pampas. No como quien las piensa y las dice: Gallardo es la escritora argentina de las heroínas que piensan y callan. Es en algún sentido nuestra Katherine Mansfield, y es o hubiera podido ser nuestro John Steinbeck en algún sentido también. Pero a Steinbeck le tocó el Nobel y a Sara el olvido.
La flaca Gallardo, como le decimos en casa.
Mañana a eso de las once de la noche en "Viento en contra". No va a poder venir (está muerta) pero sus libros viven y, gracias a una recopilación reciente de Emecé (Narrativa breve completa), están muy vivos.

Wednesday, October 12, 2005

sensación...

...de exilio:
acabo de terminar la traducción de "Wunderkind", un cuento de Carson McCullers, y me queda una sensación como de final de veraneo. Ganas de quedarme a vivir ahí, en esa intensidad y en esa densidad de los personajes del cuento. En esa sala con un piano y en esa tarde en que transcurren la casi totalidad de sus ¿trece? páginas.
Ese cuento es un mundo, es un lugar.
Gracias a la maestría de la autora en lo sugerente del detalle y del gesto, creo adivinar el pasado no dicho y hasta el futuro de esos cuatro músicos que lo habitan. En especial el de la que se va. Irse de un mundo, de eso se trata el cuento. De eso también se trata terminar de leerlo. O de traducirlo, que fue como hacer un pequeño documental (cámara en mano firme) sobre esa gente tan vívida.
¡Y cómo ella lo escribe así! Laburar pasando a mi idioma esa escritura fue como interpretar alguna de esas piezas dificilísimas que tocan esos músicos prodigiosos.
"Wunderkind", al ser sobre intérpretes y no sobre compositores, se trata indirectamente de la traducción.
Mi sensación de logro supera por mucho lo que siento con mis originales. Puse todo: una vida de joven cuentista me aprovecha, y descanso. Esa maestría del texto me lleva a donde no hubiera podido llegar sola, pero tampoco el texto hubiera podido llegar a mi idioma sin mis mil intentos previos de escribir algo así por mi cuenta. Su logro y mi ambición colaboran, y creo que saltan el abismo. No es un juicio, es apenas -insisto- sólo una sensación. Por primera vez tengo la casi total certeza de haber aportado algo con una traducción mía, o de haber aportado realmente algo. Sin reescribir, sin reinventar: fidelidad al 100%. Fidelidad, no literalidad. No siento que sea una versión más, una ligera variación. Espero que quien la lea también, al terminar de leerla, pueda decir: conocí a esta gente. Viví con ellos trece páginas, una tarde. ¿Qué será de ellos? Los extraño.

Sunday, October 09, 2005

carril despejado

Temo que difícilmente logre postear algo en los próximos dos o tres días. Hoy traduje en borrador al español estándar tirando a ibérico tres reseñas de cine de una serie de nueve que tengo que entregar antes del jueves, y entre hoy y mañana me toca darle los últimos retoques a mi versión al argento de un cuento de Katherine Mansfield y continuar mi dura lucha con los verbos preposicionales ingleses a lo largo de todo un relato de Carson McCullers (la tía Carson, según Dante Pierpaoli) sobre una "niña prodigio", ni tan prodigio ni ya tan niña, a quien (para alivio de todos los lectores) en el antepenúltimo renglón se le agotará la paciencia con su profesor de piano.
Amo mi trabajo: que se entienda que no lo digo como ironía. Si escribir un original es como ir a pie, traducir es como viajar en tren, o por la montañita rusa; si escribir un original es como improvisar, traducir es como tocar una partitura, siempre y cuando por supuesto a uno le guste tocar partituras y no sufra ante el teclado como la pobre "Wunderkind" de la tía Carson. Parafraseando un célebre adagio de Borges, traducir es más civilizado que postear.
Saludos a quien corresponda.

Saturday, October 08, 2005

¿por qué leer a...

...Jorge Barquero?
Es de lo que hablaremos hoy por LT8, entre las 23:15 y las 23:45, Diego Giordano, ¡Jorge Barquero! y yo en el micro sobre literatura en argento de la segunda emisión del programa "Viento en contra".
Que viene arrasando...

Thursday, October 06, 2005

oscura epifanía

Hay una ética de la literatura como hay una ética del psicoanálisis. La obra de ficción también funciona como dispositivo de análisis de la propia posición en tanto sujeto, y de establecimiento de las propias responsabilidades ante esta tragedia griega que es para algunos de nosotros la vida. Pero no en cualquier caso; no cualquier obra logra esto. No lo logra un autor que esté interesado ante todo en salvarse, en zafar. Algunos escribimos para absolvernos de la culpa por todo lo que se nos ha infligido; sin embargo, jamás accedemos a la inocencia deseada. Para adentro nos ganamos una máscara antigua, la de sustituir complicidad por falla trágica. Desde afuera, nos arrumban entre los inimputables. Otros, como JB, escriben para condenarse: los que tienen semejante valentía, esos son los grandes.

sabihondos y suicidas

Notas sobre el escritor como medicine man

He estado releyendo "Sabihondos y suicidas" (EMR, Premio Musto 2003). Algo en la prosa de Jorge Barquero, como en la de los grandes maestros de la narrativa, hace que me sitúe en otro lugar ante lo humano después de terminar de leer cada cuento de su libro. Y después de leer todo el libro, he adquirido de prestado una experiencia vital que me agrega varias décadas más a las que marca mi reloj físico. Educación, en una palabra. Transmisión, si se quiere.

Como escritor, JB domina el arte de "ponerse en los zapatos del otro". Sus cuentos recorren todo el espectro solar que va desde una luminosa picaresca hasta la oscuridad de la novela negra y preguntan por la responsabilidad del cómplice del crimen. Abren juicio, en el mejor sentido: dejan entrar alguna ley donde no hubo ley. O donde la fuerza fue la ley. Y las preguntas del cuentista son implacables pero amables. No hay nada de buena conciencia pequeñoburguesa exaltada pidiendo la cabeza de nadie, o condenando, o declarándose inocente sin más. La responsabilidad del escritor parece ser la de situarse un paso más atrás, para ver el panorama completo: como un crítico cuando mira un cuadro. Le cabe al lego decir "qué horror, qué mamarracho". El crítico, cuya mirada es más clínica, no se lo puede permitir.

De ahí tal vez la fascinación que tenemos algunos escritores (no JB, que no la necesita) por el psicoanálisis: buscamos mirar con esa mirada tierna y lejana, casi medicinal; anhelamos poder comprender a la distancia.

Un efecto colateral post-JB, aunque no relacionado directamente con su obra, es que adquiero una mirada distinta ante ciertos personajes extremadamente agresivos de tipo sociópata: ahora pienso que gente jodida a la que tengo motivos para odiar o despreciar (tipos como G., mujeres como mi vieja o mi prima) están, a diferencia de esa figura de escritor donde se construye JB, capturados en un esceptiscismo que les impidió recurrir a la ley cuando la necesitaron. Son feroces porque están desamparados. Y están desamparados porque un día creyeron que la ley era cosa de giles. Y ahora su furia es su ley. La única.

(UPDATE)
Y son imputables; no son inimputables. Roque Belgraja, el alter ego ficcional y anagramático de Jorge Barquero, los sienta en el banquillo en cada cuento suyo. Juzga (y se juzga con) esa generación que creyó ser la ira de Dios.


Me imagino esa rabia: es la del perro que te gruñe y que te ladra, porque nada lo protege más que sus dientes. Adrenalina y colmillos en lugar de un Código Penal. Una ira sin respaldo. La de quien ha renunciado al amparo de la ley. Pienso en esa furia: la furia del perverso que no es la del perverso sino la de quien secundó al perverso, la de quien se pervirtió. Ese es el personaje serenamente desesperado que JB sienta en el banquillo de sus cuentos: la figura del cómplice. Yo diría, es la de quien aceptó que no hubiera ley, y ahora la necesita. Y en su furia (lo que yo veo de esa clase de gente es más que nada su furia) ahora grita, ladra, corre, tira tiros para cualquier lado. Los huevazos de los familiares de muertos en Cromañón contra Estela de Carlotto. Ese quiebre es histórico, es nacional. A muchos nos preexiste.

Hay que leer esos cuentos, detenerse en cada detalle.
Digo bien: en cada detalle.

(UPDATE)
Digo mal: JB no juzga. Da los elementos, y lo hace con la cautelosa jovialidad del médico que te tiene que dar una mala noticia. El que baja el pulgar es uno, el lector.

Wednesday, October 05, 2005

El bar de la estación Valentín Alsina

¡Por fin en Internet!
Mi poema publicado en el Diario de Poesía, No. 32 (Buenos Aires, verano de 1994) y en La Página, No. 33 (Tenerife, 1998), reimpreso en mi libro Almagro (Editorial Municipal de Rosario, 2000); incluido en la antología Señales de la nueva poesía argentina (Llibros del Peixe, Gijón, 2004, pp. 65 a 66) y en mi Antología personal (Concejo Deliberante, Rosario, 2004), anche traducido al catalán por Pere Bessó, puede leerse desde hoy en Goma de Borrar.


(Tengo que ir a pagar la cuenta del teléfono. Shit.)

Tuesday, October 04, 2005

es la forma del sur

Es la forma del sur: hay ángulos de frío,
una planicie, anchas escapatorias,
almacenes que huelen a lejía
y demasiado iluminados, a la hora
de desaparecer entre los semidormidos
que piensan qué cenar. El día se dio vuelta:
ya poco importa. Unos carnosos animales duran
-cuerpos sin signos- y todo pasará.
La mirada se cuelga de colores extraños,
la memoria interroga el pasado por costumbre,
se está sin madre en la espera del almacén:
nacer fue un accidente que esta luz de ceniza
no apacigua ni cura.

sueño con libros

Soñé que Déivid y yo juntábamos de nuestros desvanes una enorme cantidad de libros, heredados, que no nos gustaban y los donábamos a la biblioteca del manicomio.
Después nos arrepentíamos y tratábamos de llevárnoslos para venderlos o canjearlos por otros libros; pero la bibliotecaria del manicomio ya había inventariado nuestras donaciones, y los libros no salían.

Hoy llamó Dévid desde Portland, Oregon. "Estoy en una librería grandísima..." dice la voz en el contestador. El mensaje se corta.

Hoy es el cumpleaños de mi madre. Quizás llame ella.

Monday, October 03, 2005

la pesadilla blogger

Por Gonzalo Garcés

Artículo publicado en Qué Pasa (Chile)


"Hace unos años, en España, participé en un encuentro de escritores. Una de las ponentes nos explicó largamente los goces de escribir una novela en formato blog, que había llamado eufónicamente blogísvela antes de decantarse por vela —'lo contrario de novela, ¿me captan?'—, palabra que expresaba el carácter positivo, democrático y antipatriarcal de este medio. Fue como una epifanía: de golpe comprendí que aun sin ordenador se puede hacer literatura blogger: es decir, hecha de juegos de palabras bobos, complaciente, aburrida y banal.

"No voy a contar la historia del 'fenómeno blogger', que es bien conocida: quienes se hayan perdido sus comienzos habrán notado su presencia a partir de 1999, cuando salió al mercado el formato de blog o bitácora online que permitía, por fin, gritarle al mundo los datos silenciados sobre nuestras ladillas y sabañones, publicar las fotos más borrosas de nuestro hamster o insertar un enlace a una noticia bien redactada e investigada para poder comentarla con faltas de ortografía y sin saber de qué se habla. Y quienes se hayan perdido esos regalos no pueden ignorar los artículos, conferencias y debates en TV que en estos días llevan títulos como 'Shakespere y el lenguaje blog', 'Estética del blog', 'Gracias, blog mío', etcétera.

"No tengo nada contra los blogs. Ciertas bitácoras periodísticas, las que reúnen material sobre un tema o cuelgan artículos que nadie más se atreve a publicar, me parecen necesarias y para ellas no tengo sino gratitud. Lo que me subleva es el aire santurrón con que tantos bloggers hablan de sus devaneos. El pomposo dislate de prestarle virtudes intelectuales o estéticas a una herramienta. Basta perder un par de tardes en la red para comprobarlo: el blog tiene una sola virtud, es barato. De ahí en adelante es cuesta abajo, empezando por su escalofriante facilidad para inundar con idioteces todo intento de pensar de veras. Recuerdo que en España, en los días frenéticos que siguieron al atentado terrorista de 2004, el admirable Escolar.net sirvió para canalizar la información como ningún medio oficial lo hacía. El 12 de marzo un post anuncia, crucial: ETA niega ser responsable de los atentados. Hay 21 comments. Me lancé a leer esos testimonios de la ciudadanía indignada. Cuál no sería mi sorpresa al ver que más de la mitad eran proverbios o sentencias en inglés —'O, life is a cycle of songs!'— firmadas por un tal 'Penis Enlargement'.

"La tara del formato blog lleva un nombre: trivialidad. Y cuando se trata de blogs literarios, esa trivialidad azota como un huracán. No es raro que los posmodernos que hasta el año pasado releían a Barthes sin saber bien a qué aplicarlo ahora se llenen la boca con la blogosfera, ese espacio “fugaz” de “autor sin obra”, lo que despojado de cacareos franceses significa que está rebueno que todos puedan publicar lo que les dé la gana, sin tener que ajustarse a criterios de belleza, inteligencia o veracidad y sin que importe que en diez segundos pase al olvido. Y tienen razón: está rebueno. Lástima que a esa fugacidad y a esa banalidad necesiten consagrarla como el arte ineludible de nuestro tiempo. No quieren abolir la jerarquía literaria: quieren ocupar, a fuerza de mesas redondas, el tope de esa jerarquía. Y lo siento, pero si es por pisotear la inteligencia, ya el mercado editorial se ocupa de eso; y si es por jugar el antiguo juego, el de 'quemar el corazón de los hombres con la palabra', también hay alguien que lo hace mejor, la literatura.

"Mientras espero que Umberto Eco dirima el asunto en un ensayo, aquí van algunas constataciones:

"Que excelentes escritores tienen blog. Beatriz Vignoli cuelga en el suyo algunos de los mejores poemas que se escriben hoy en español. El mexicano Tryno Maldonado era concido por su blog antes de serlo, con justicia, por su novela Viena Roja. Álvaro Bisama, uno de los mejores críticos literarios de Chile, bloguea. Todos producen textos redondos, precisos, que bien pudieron escribirse en una Underwood antes de pasarse al blog, y en algún caso lo fueron. Lo que confirma las bondades del blog como medio y su nulidad como género en sí.

"Que aquellos que, al contrario, escriben sólo por el blog y para el blog, suelen hacer gala de una escritura extrañamente cohibida. Uno pensaba que el anonimato, la falta de censura, propiciarían relatos de salvaje sinceridad, un modo nuevo de desnudarse, noticias inauditas sobre la conciencia humana. Pero no. Las amas de casa dicen que los niños por suerte bien, los estudiantes de letras que Bush es malo, los escritores de fin de semana que como Bukowsky no hay. El blog, por ahora, no trae diversidad al mundo: lo aplana.

Que apenas termine esta nota pienso colgarla en mi blog."

Sunday, October 02, 2005

felicidad

Retorno a los medios (radio) y reencuentro con amigos. Empezó hoy y va a seguir.
Una plenitud vital, un swing, que vuelven. Había soñado que tenía 30 años y me había despertado triste. Pero ahora es como una isla de edición: corto y empalmo 1995 con 2005. Y gana Ñul y estamos todos vestidos de negro y de rojo. Además de esos pequeños detalles hay pasiones que fuera de Rosario no se entienden. Poder charlar sobre películas y libros. No es un yo-poder-opinar, es un nosotros-poder-charlar. Dicho así, a lo Tarzán, capaz que se entienda mejor. Quiero decir: no es el soliloquio porteño. Un blog no lo contendría. Necesitaba mi voz.
Ver gestos, como quien mira danzar.

Saturday, October 01, 2005

novedades

Esto que usted está leyendo es un texto


Como se puede ver en la columna negra a la izquierda debajo del archivo, cambié algunos enlaces en el blogroll de consulta de posts anteriores: agregué la sección "Costumbres atopianas" y mejoré todos los enlaces de la parte del blogroll dedicada a enlazar posts anteriores seleccionados del archivo. A partir de ahora las páginas de los posts anteriores que se pueden visitar pulsando esos enlaces se abren en ventana (cerrar haciendo clic en la equis sobre fondo rojo en el ángulo superior derecho para volver a la página principal) y el visitante no se perderá por faltarle el enlace a la página principal en cada página.
Me interesa que los archivos sean cada vez más accesibles. La idea es ir creando una pequeña antología de viejos posts más inspirados. Esto es así, desparejo. Hay semanas malas y días casi brillantes.

(El lunes tengo que pagar la cuenta de teléfono. Shit.)

decir o escribir

Existir apenas levemente: un blog polémico


¿Decir, o escribir? ¿Simular una voz, como la de quien dice: "pasame la sal"? ¿O decir más: explayarse, abundar en descripciones de sistemas filosóficos, esforzarse por determinar un sentido... desde dónde?

Escribir es sin voz: es un trazo. Esa cosa rupestre, escribir. Cuando aparecen, o reeaparecen, personajes de ficción en lo que se escribe (noticia para Jorge Barquero: ¡vuelve el Ruso!) ellos tienen sus propias voces y cuentan sus cosas. Son cosas que les pasan a ellos. O que ellos imaginan. O que ven. Son sus canciones.

Uno es el titiritero, y tiene una vida propia. Además de la vida, está esa gentecita inventada que se ocupa de amasar formas a partir de las pesadillas de uno. Anotar eso es lo que vale.

Estas otras anotaciones son menores.
Lo mejor está sucediendo en otro lugar.



(UPDATE 2012: Al final, ESTAS "pequeñas anotaciones" son lo mejor que escribí en esa época.)