He reído con los muertos del verano
He reído con los muertos del verano,
muertos jóvenes cuyo silencio irreductible
es un jazmín de hierro en el centro de la nada;
no hay ausencia como la de sus cabellos
invisibles luego de desparramarse, por vez última
hasta el amanecer como una quieta llamarada;
y lo que en ellos aún reclame una palabra
desollará su puño contra la puerta de la noche,
seguirá golpeando mientras haya memoria.
(2005)
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