Thursday, January 06, 2005

poesía y policía

En casa había libros de poesía pero hasta donde recuerdo, la primera vez que oí la palabra "poesía" fue en preescolar, pronunciada por la señorita Marta. No debe haber sido la primera vez que oía esa palabra, ya que la comprendí; un compañerito, en cambio, preguntó: "¿policía?"

Era un colegio caro y él no sonaba asustado; más tarde comprendí esa falta de temor que para mí era extraña.

Ahora, en mi atestada cuenta de Hotmail (tengo, sí, además, una en Yahoo, otra en Arnet, una gratis en Ciudad y dos en Hotmail más) me sucede una confusión parecida entre poesia.com y ProZ.com.

No sin pena, decidí borrar todos los Poemas del Día no leídos del año pasado... (sí, ya sé lo que estás pensando: pero TENGO OutLook. Lo que me falta es TIEMPO para leer 365 mensajes... ¡Hagan un libro, estos muchachos de poesia.com! ¡Una buena agenda!).

No borré, en cambio, los enlaces a bases de datos de traductores que me llegan a través de ProZ.com. (Algún día seré monja trapense u ¡horror! un ama de casa de verdad y no haré más nada y entonces actualizaré de una vez por todas mi curriculum -versión definitiva- y lo mandaré a todos los lugares a donde lo tengo que mandar. Y me lloverá trabajo cuando ya no lo necesite, porque habré ganado el Nobel o estaré en Chacarita, murmurando desde el fondo de la tierra: ÑUUUUUUUUUL...).

Cuestión que me costaba distinguir uno de otro.

Concluyo que la palabra poesía, metáfora ella misma, se corre metonímicamente hacia otras. Y es la única a la cual la rima con "policía" y el sufijo ".com" le suenan a elegante ironía, le bailan como un anillo grueso y falso a un dedo demasiado fino.

En cambio, la palabra "poeta" es espantosa.