Wednesday, January 05, 2005

guarango way

¡Qué asco, nuestra versión de lo moderno!
Salgo a la calle, subo a un colectivo o miro un noticiero, y casi toda la gente que veo es joven o cree serlo y podría haber pasado por la misma producción que el personaje de Brad Pitt en el Club de la Pelea. Se parecen a la imagen Hollywood de Tyler Durden con sus gafas estridentes y su cuerpo para la muerte, orgulloso, violento, bestial. O a El Triunfo de la Voluntad si a la convención del partido nacionalsocialista alemán la hubieran celebrado en ácido. Es el Gran Estilo Veraniego Argentino: pelos parados y peinados para arriba con gel como púas de peces tropicales, púas que se erizan amenazantes. Curvas lustrosas, curvas satinadas: los guardabarros de los autos caros; los bíceps trabajados, tatuados y bronceados luciendo abrazaderas de velcro fláccido. Se mueven como bueyes en el calor. Ostentan cuero y carne. Lucen cosas con hebillas, cosas que parecen armas o herramientas: las formas del trabajo y de la guerra pero sin convicciones. Llevan teléfonos celulares con ruiditos, llevan colores flúo, ropa deportiva sobre el look cama solar: rosa sobre marrón, agresión pasiva por todos lados. Llevan la plata puesta, para mostrarla. Y ni siquiera es mucha. Estilo zombi, estilo, es el Híper Estilo de la Gran Grasada. Avanzan como tanques, absorbidos por el vacío. Aplastan todo a su paso, pero no van a ninguna parte. Avanzan los vagos sin futuro con sus remeras rockeras, las nenas bellas sin más palabras que las del hastío. Avanzan todos munidos de cosas puntiagudas, brillantes. Y solamente saben odiar.
Y nunca paran.