Tuesday, December 28, 2004

¿Blog de escritor o blog de blogger?

Me remito a mis reflexiones posteadas esta madrugada (en el post que está abajo de este, titulado "no corran que es peor"). ¿Qué pasa con los blogs de escritores? Eso nos lleva a otra pregunta más interesante todavía, la del lugar social imaginario del escritor: el lugar que supuestamente ocupamos o, mejor dicho, ocupan los escritores en el imaginario social, aunque no en la realidad.
Ese lugar social imaginario del escritor fue construido en el Romanticismo. El mercado editorial se lo apropió, pero sin cambiarle demasiado el sentido, que es este: el poeta es el vate, un ser superior al común de los mortales, tocado por la inspiración divina, etc., etc. (insertar aquí cuanta idiotez sublime se les ocurra). En suma, se lo supone alguien dotado de algo que la mayoría no tiene, y peor aún: se lo imagina situado en un lugar deseable al que la mayoría no puede acceder.
En una sociedad que se piensa a sí misma como democrática (aunque esté lejos de serlo), este "privilegio" del "talento" (¡fuertes, esas comillas!) se ve desde el llano como una cabeza real que cortar. Se les atribuyen entonces a los escritores delirios de grandeza, paranoias y toda clase de megalomanías. Todo eso mientras realmente tratan de serrucharles el glorioso cogote.
Cuando en realidad lo único que uno hace es escribir.
Y a esto quería llegar: a pensar el weblog, o la bitácora, como una posibilidad de salida de ese malentendido.
Mientras me quede en los géneros literarios tradicionales (cultivados en el Romanticismo) no podré evitar la gran Trajedia del Hartista, divino y odiado. ¿Pero qué pasa si simplemente escribo, por fuera de los géneros literarios tradicionales? ¿Qué pasa si sólo escribo "bien" (no "genialmente")? ¿Qué pasa si además lo hago en este lugar donde cualquiera que sepa escribir puede hacerlo? ¿Y si en mis temas me limito a un rango de experiencia que sea más o menos accesible para cualquiera que tenga un título del colegio secundario y un empleo decente...? Es decir: nada de citas eruditas, sí algo breve (BREVE, la mayoría de la gente no tiene tiempo) sobre -por ejemplo- lo rápido que se termina el sachet del shampú.
Sería insensato no aprovechar el blog como línea de fuga, como vía de escape, como la posibilidad de dar a leer una escritura directamente al lector, sin intermediarios (esto es obvio) y además darle a leer una escritura, buena, de la cual el lector pueda pensar: "oh, esto lo podría haber escrito yo".

En suma, una escritura que parezca no tener pretensiones.
O que no las tenga.
Y el blog como su género. Un nuevo género.
Determinando un nuevo lugar.


Me van a putear igual.
Pero por lo menos sin faltas de ortografía.