Platón & Prozac
(acá también pasa)
"A veces charlo con cursos de colegio universitario, clases de psicología. Es increíble el porcentaje de jóvenes a quienes se les dijo, cuando eran chicos, que estaban mentalmente enfermos, que algo en ellos no andaba bien. Es absolutamente fenomenal. Es absolutamente cruel decirles a los chicos que tienen fallas en el cerebro y enfermedades mentales.
Acá pasan dos cosas. Una, por supuesto, es que esto es un disparate total. Si uno se acuerda de cuando era chico, uno recuerda que tenía demasiada energía o se comportaba a veces en forma no del todo apropiada, y de chico uno tiene emociones extremas, especialmente en los años de la adolescencia. Tanto los niños como los adolescentes pueden ser muy emocionales.
Entonces una cosa que pasa es que se toman las conductas infantiles y se empiezan a definir las conductas desagradables como patológicas. Se empiezan a definir como patológicas las emociones que molestan o que incomodan. Entonces parte de lo que hacemos es patologizar la niñez con definiciones tajantes. Estamos patologizando la pobreza en los niños."
Robert Whitaker, autor de Mad in America, en una entrevista por Terry Messman para Street Spirit, vol. 8., No. 11, agosto 2005 (trad.: B. V.)
UPDATE: Tolerancia cero para las emociones. Sobre todo, para las emociones desagradables que surgen de situaciones difíciles asociadas a la pobreza. Cada vez más, en Argentina también, esa es la cultura y esa es la sociedad que vamos teniendo. Al ampliar el campo de la definición de enfermedad mental, cada vez vamos a tener más enfermos mentales y éstos cada vez van a ser más mujeres, más niños, más ancianos y más pobres. En suma, cada vez más gente injustamente estigmatizada y marginada. Y cada vez más depresión (¿porque quién no se deprime al quedar afuera de la sociedad, entre nosotros los humanos que somos una especie gregaria?), y por lo tanto tendremos cada vez más gente medicada con antidepresivos, entre cuyos efectos colaterales está científicamente demostrado que figuran la manía, la irritabilidad, la violencia y hasta el suicidio.
Pero la industria farmacéutica gana millones así.
¡Bienvenidos al mundo desarrollado!
¡La República sin poetas, como la soñó Platón!
<< Home