carril despejado
Temo que difícilmente logre postear algo en los próximos dos o tres días. Hoy traduje en borrador al español estándar tirando a ibérico tres reseñas de cine de una serie de nueve que tengo que entregar antes del jueves, y entre hoy y mañana me toca darle los últimos retoques a mi versión al argento de un cuento de Katherine Mansfield y continuar mi dura lucha con los verbos preposicionales ingleses a lo largo de todo un relato de Carson McCullers (la tía Carson, según Dante Pierpaoli) sobre una "niña prodigio", ni tan prodigio ni ya tan niña, a quien (para alivio de todos los lectores) en el antepenúltimo renglón se le agotará la paciencia con su profesor de piano.
Amo mi trabajo: que se entienda que no lo digo como ironía. Si escribir un original es como ir a pie, traducir es como viajar en tren, o por la montañita rusa; si escribir un original es como improvisar, traducir es como tocar una partitura, siempre y cuando por supuesto a uno le guste tocar partituras y no sufra ante el teclado como la pobre "Wunderkind" de la tía Carson. Parafraseando un célebre adagio de Borges, traducir es más civilizado que postear.
Saludos a quien corresponda.
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