Wednesday, October 19, 2005

cuentos chinos

Mientras me adormecía, una franja de playa verde jade se extendió ante mis ojos, y en lo alto una redonda luna dorada colgaba de un cielo azul oscuro. Pensé: no puede decirse que exista la esperanza, ni puede decirse que no exista. Es como los caminos que recorren la tierra. Porque en realidad la tierra al principio no tenía caminos, pero cuando muchos pasan por el mismo lugar, se hace un camino. (Lu Sin, "Mi antiguo hogar")


Hago literatura para librarme de la literatura.
Escribo a contrapelo del sentido común de mi cultura, literariamente constituido. Escribo para explicarme lo que pasa y hallarle un sentido a lo que me sucede que no sea el dado por el sentido común de mi cultura. Porque los mitos que operan como sentido común en mi cultura me dicen que: o bien todo es culpa del Estado, o bien todo es culpa del Inconsciente. Pero me resisto a admitir que oscuramente me llevo a la ruina, como Edipo de Tebas en las tragedias de Sófocles; o que un gobierno perverso conspira contra los ciudadanos libres, como en 1984 o El Proceso. ¡Literatura!
Todo eso es literatura.
Ante el horror, entonces, de no poder ni querer hallarle el menor sentido dado a lo que me sucede, y al mismo tiempo el de no poder vivir si la vida no tiene algún sentido, pongo a funcionar el inconsciente mitopoético y elaboro mis propios mitos. Al principio parecen un delirio. Pero a medida que los conecto con otros textos de otras culturas, y me distancio, y no me los creo, y me concentro en cambio en la belleza de las formas y de los funcionamientos de esos otros textos, todo lo que mi cultura me diga para explicarme la vida se amplía bajo una luz nueva. Surgen otros relatos, otras figuras. "Mi mamá es como un lavarropas, que todo lo que no puede chupar lo escupe", me decía hoy una amiga de un amigo. Y me encantó. También hablamos del Estado, que si no te 'coopta', te destruye: otra vez la figura del lavarropas. Estábamos en casa y mientras tanto en mi pantalla había un cuento chino, literalmente chino, que estoy traduciendo... del inglés, no del chino.
Y que habla de un muro que se levanta entre dos amigos entrañables de la infancia, porque ahora uno de ellos es funcionario y el otro siguió siendo un campesino pobre.

Una vez escribí un poema que decía que todo es accidente, y con eso busqué romper con el sentido común de mi cultura que dice que no, que todo es acto fallido (o producto de alguna conspiración); también escribí un poema que habla de un puente que absurdamente se rompe, para significar el fin (inexplicable, entonces) de una amistad y de las esperanzas que iban unidas a esa amistad. Pero el duelo se soporta: lo que no se tolera es la falta de sentido. Un puente que se rompe, una muralla que se alza, un lavarropas que te escupe: todos acomodamos y contemplamos perplejos los pedazos rotos, todos escribimos nuestras vidas.