Soy una fan tardía de Beck. En los 90 escuché "Loser" por la radio, como todo el mundo, y fue MI cancíón, como le debe haber pasado más o menos a todo el mundo.
Pero eso fue todo hasta que un amigo me grabó
Mutations, que desde el primer tema me impulsó inconteniblemente a hacer collages con basura y papel de cigarrillos:
Mutations me empujó de nuevo al frasco, al frasco de plasticola. Mi sensación al escuchar ese disco es la de que Beck y el productor (no sé quién es, creo que todavía no era Nigel Goodrich, o sí?) hacen plástica con la música, esculpen el sonido, lo cortan en pedazos y lo rearman, lo tratan como un material tridimensional... empleando modales dadaístas, por supuesto. El famoso
cut and paste del que tanto han hablado ya los críticos musicales. Beck es digno nieto del artista vanguardista Al Hansen, pensé entonces.
Una tarde me puse a hurgar en YouTube a ver qué más encontraba y
Debra fue una revelación. Y una nueva compulsión. Cual rata de laboratorio, no podía dejar de hacer clic en "Ver de nuevo". "Debra" (esa versión en particular) es pasión por la ironía, es la ironía hecha pasión. Es posmoderna pero ferozmente intensa en su falsedad. Es una parodia de Prince, o del soul, cuya convicción fingida transmite sin embargo una verdad que no posee: la del original, que está en otra parte. Contagia una intensidad que no tiene, como en la definición lacaniana del amor: da lo que no tiene a quien no es. "Debra" fue mi combustible para escribir los últimos capítulos de una
nouvelle en la que me había quedado varada por falta de inspiración: la terminé, en pocos días, pero fueron días de "Debra". Se la mandé a los editores con una nota al pie referida a la canción. Déivid (un santo), que no soportaba la canción ya desde el principio ("Such a black music by such a white kid!"), un día me sugirió amablemente escuchar alguna
otra canción del mismo autor u álbum.
Un fan de Beck me había recomendado
Odelay, pero los temas que alcancé a bajar o a escuchar me destrozaban los nervios con esa manía del tipo de meterle ruiditos a todo. (Seré dadaísta pero el ruido me destroza los nervios: mi posmodernismo tiene un límite. Empeora en los videos: ruidito y pelotudeces, parece ser la fórmula.) Busqué
Midnite Vultures, pero la muestra que encontré de la versión de estudio de "Debra" me decepcionó. Probé bajar el álbum igual con Azureus, pero agarré un torrent de mierda. Desistí. Eran casi las 3 AM.
Al otro día terminé consiguiendo que me grabaran
Sea Change (2002). Esperaba grandes cosas de ese álbum: que me impulsara a retomar mis estudios de natación, quizás. Había leído que era country, tranquilo, baladas; conocía los cortes y me gustaban.
Llegué a casa. Lo escuché todo. Qué música tranquila, pensé. Lo escuché de nuevo. Qué música TAN tranquila. Demasiado tranquila:
Sea Change expresa la tranquilidad del paciente al que le empieza a hacer efecto el valium que le inyectaron en la guardia psiquiátrica a donde lo llevó el patrullero policial después de capturarlo masacrando a toda su familia. La de
Sea Change es la calma del que está en un chaleco de fuerza después de la masacre. No hay un corazón destrozado ahí, como dijeron algunos: yo creo que más bien hay un alma arrasada. No queda nada. Es la calma del que no se suicida porque no le quedan fuerzas, la del que no se mata porque ya está muerto.
¿Qué le pasó? me preguntaba en medio de mi depresión reactiva por contagio. Y me surgió una nueva compulsión beckiana: la de navegar, navegar sin parar en Internet buscando información sobre
Sea Change. Me enteré (por varias fuentes) de que lo compuso y grabó cuando se había separado de su novia y estaba volviendo a la scientología de sus padres, que al parecer había abandonado allá por 1989, a los 19, cuando se fue a Nueva York. No creo todo lo que se dice en Internet sobre Beck (por ejemplo no creo que lo de su abuelo Al Hansen sea una leyenda falsa: está la información de la muestra que hicieron juntos, y me parece confiable) pero el dato de la separación explica la sensación de dolor terminal que transmite el álbum.
Noticias viejas: cuestión que Beck volvió a la religión de sus padres hace 5 años ¡y yo recién acabo de enterarme! (Y me abstengo de opinar.) Pero supe también que el artista que diseñó la tapa de
Sea Change y el video del corte "Round the Bend", Jeremy Blake... ¡apareció muerto hace un mes y medio en una playa cerca de Rockaway Beach!
Una historia escalofriante, que da para otro post.
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