Extraño sueño con Roberto Fontanarrosa
Material onírico para las páginas amarillas
"Quiero escribir ahora un libro SERIO" decía Fontanarrosa, en mi sueño (en mi sueño tenía la cara de Horacio Vargas, pero no era Vargas, era él, Fontanarrosa) y me llamaba para que lo ayudara a organizarlo, justamente él, con la experiencia literaria que tiene. En realidad al libro ya lo tenía escrito y solamente había que ordenarlo, pulirlo, seleccionar los textos según algún criterio. Era un libro de cuentos muy poéticos, y todos tenían que ver con la memoria; pero (como yo le explicaba cuidadosamente en mi sueño, en una charla que teníamos en la esquina de Dorrego y Córdoba) con una memoria acumulada por los objetos, acumulada en el desgaste de los objetos como imagen del tiempo de vida transcurrido. Fontanarrosa me pagaba treinta pesos por la "sesión", me acuerdo (aviso: por un trabajo así en la vida real cobro mucho más). Y pagaba con cambio.
Vaya uno a saber qué carajo me quise decir.
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