Monday, June 13, 2005

Un Rashomon santafesino

José Pablo Feinmann: (...) muchos deben estar segurísimos que las novelas de Saer son filosóficas, estoy seguro.

Gabriel D. Lerman: ¿Y tienen razón?

JPF: No sé, son aburridas. Son como muy objetivistas. A mí nunca me pasó gran cosa salvo con Glosa, que quizá sea una novela sobre las distintas postulaciones de la realidad, pero es la versión literaria de la película japonesa Rashomon. Un Rashomon santafesino.

GDL: ¿Te sentís cómodo hablando de estos escritores, te producen resquemores, indiferencia, no compartís el campo?

JPF: No, a mí el canon éste que funciona desde el 84 más o menos no me interesa.

GDL: ¿Cuál?

JPF: Saer, Piglia, Aira. Y veo como se van metiendo algunos, Martín Kohan, Chefjec. Veo así a esa bandita “puanista”. Pero me importa un carajo realmente.

GDL: No los sentís, digamos, pares.

JPF: No, mis pares son Belgrano Rawson, Saccomanno, Rivera, Viñas, Tununa Mercado. A Tununa Mercado la admiro muchísimo. En cambio, ellos me parecen más operadores literarios que escritores. Es tanta la desesperación operativa que tienen y el entronque académico que se centró en la figura de Beatriz Sarlo. Beatriz Sarlo fue la operadora literaria de dos décadas prácticamente. Bueno, yo no entré en sus esquemas de poder jamás. Supongo que todo lo contrario, pero ha elegido sus escritores, Chefjec, ahora Kohan, pero sobre todo Saer. Saer es el escritor de Beatriz. En los 80, Respiración artificial fue una novela que a mí me hinchó las pelotas de una manera.... Duró demasiado, en el sentido de una canonización tan absoluta. Cuando te canonizan tanto un autor, y durante seis años te dicen que un tipo es Dios y todos los demás son una basura, bueno, es incómodo estar en un lugar así. Pero no me sorprende tanto. Es claro que son operativos culturales ligados a las becas, ligados a las academias, ligados a los viajes, ligados a los congresos de literatura, todas esas cosas en las que yo no participo para nada. Jamás gané una beca, creo que fui una sola vez a un congreso de literatura. No soy amigo de Halperín Donghi, que bendice desde el norte, lo que debe ser y lo que no debe ser. Pero bueno, nada, todo esto es una especie de puteada demorada, ya vieja.


La entrevista completa, en el Radarlibros de esta semana.