Wednesday, June 08, 2005

¿Y vos, qué mirás?

Como seré de poco sociable que hasta me llevo mal con ese ganchito animado, autodenominado "ayudante de Word". Y eso que es mejor que el de la versión anterior, que se convertía en perrito en un alarde de obsecuencia y delirio pueril...
Chandler no tenía estos problemas. Tenía otros: el traqueteo infernal de la máquina de escribir molestando a los vecinos como una sierra de descuartizador, las hojas tiradas obscenamente a la vista como pálidos cadáveres. Poe no tenía estos problemas. Tenía otros: se le secaba la tinta, se le quebraba la pluma de ganso, se le apagaba el candil por una ráfaga etérea del más allá, se le moría la mujer, esa clase de cosas. Desgracias dignas, sublimes. Pero no, no que cuando estás rompiéndote la cabeza por lograr un diálogo lo más cáustico y verosímil posible entre el fisgón herido y el archivillano telépata y millonario (créanme, es así, soy el Ed Wood de la literatura) y estás buscando le mot juste (Flaubert dixit) se te BURLA el estúpido ganchito, rascándose la cabecita de metal, y arriba tiene una lamparita amarilla, como diciéndote: ¡Eh! ¿No encontrás la idea genial, you smart ass?
Solución: exterminarlo. A mí nadie me dice smart ass. Habías empezado a caerme simpático con tus otras gracias (sonreír, guiñar un ojo, convertirte en bicicletita y DESAPARECER) pero esto ya es tomarte demasiada confianza. No te puedo dar con un hacha porque no quiero hacer mierda mi monitor, y vidrio yo no como, faltaba más.
Oprimo entonces el botón derecho del mouse, selecciono "Ocultar" y se me abre una ventana, con esta pregunta: "¿Quiere usted que yo desaparezca definitivamente?".
No, mi querido asistente de Word. Sólo te ocultaremos en forma temporaria. Fuiste mi única compañía a lo largo de áridas páginas de edición, corrección, traducciones... Pero ¿podés entender que la novela que estoy tratando de pergeñar en mis ratos libres, de la que ya desespero que llegue a ser un producto medianamente decente, tiene suficientes personajes y me ha cargado de suficientes inseguridades internas como para que vos encima te pares ahí, haciéndome burla? ¿Quién puede escribir una ficción bizarra SERIA si me tomás el pelo de esa manera, y ni siquiera sos humano, sos un maldito gancho dibujado?
¿Entendiste? ¿Sí?
Sí. Ahora, borrate.