De funerales, bodas y pesadillas
Soñé que caminaba por la calle de madrugada con un grupo de gente (éramos un curso, unas veinte personas) en medio de la oscuridad más absoluta. Hasta ahí la repetición. Pero lo novedoso, la variación, fue que en medio de la tiniebla yo sacaba una monedita de mi bolsillo, la levantaba por sobre nuestras cabezas, y la moneda brillaba con un resplandor dorado que nos iluminaba a todos.
<< Home