Mar adentro, reloaded
O: cambios en el guión que hubieran hecho de la última película de Alejandro Amenábar algo un poco menos aburrido.
Variación melodramática
Ramón Sampedro (pescador gallego, tetrapléjico luego de una zambullida mal calculada en las aguas de La Coruña, a su sobrino, antes de morir): Hijo, te escribí un poema.
Sobrino de Sampedro (incómodo): No soy tu hijo.
Ramón: Pues que sí lo eres.
Sobrino: Que no. Soy hijo de tu hermano.
Ramón: Pues no. Mi hermano es tu tío.
Sobrino (con horror): ¡NO!
Ramón: Sí, ¿y sabes una cosa? Adivina quién me tiró del acantilado...
Variación erótica
Julia, la abogada defensora catalana de Sampedro, se trae de Barcelona el mejor faso que puede conseguir en la Ciudad Gótica, un equipo de DVD, algunas películas condicionadas para entretenerlo y una película que ella desea que ambos vean juntos: Regreso sin gloria. La ven (no dejan de pasarse el fasito con esa simpatía que los caracteriza), imitan la escena culminante, la pasan bárbaro, pero al otro día, ella, por teléfono, desde terapia intensiva: "Querido, hoy no puedo, me duele la cabeza".
Y Javier Bardem sonríe con su sonrisa beatífica. Su cuñada confisca todo el material.
Variación psicodélica
Sampedro se pasa sus 28 años de postración consumiendo el hongo del mismo nombre. La película muestra sólo algunas de sus alucinaciones y la escribe Ken Russell.
La protagoniza Javier Bardem con su sonrisa beatífica (esta vez, justificada).
Variación étnica (homenaje a Ettore Scola)
En vez de gallegos, los protagonistas del drama son italianos.
Ramon Sampietro: Io mi amazzo...!
Hermano de Ramon: Ti amazzo io...!
Fratricidio y fin del film, que dura un minuto y gana varios premios en festivales de videominuto.
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