idea retrofuturista
En el 2025, lustro más, lustro menos (menos, que se te gasta el Brasso), mi zona conocida de Internet (ciertos ínfimos sectores de Blogger y aledaños) va a ser un gran desván donde subiremos a buscar cosas, y de paso nos encontraremos con otras cosas. Un poco como cuando una se zambullía en los estantes más altos del ropero tras unos cuadernos de poesía de la adolescencia y ahí estaban también la placa de farmacéutica de abuelita, la estampita de primera comunión de mi hermano, los guantes de cabritilla de la tía Elba y todas cosas así. Y mamá decía: "Uy, esto es de cuando se casó Ana María". Y mi prima Ana María ya tiene varios hijos, y mi madre se quedaba pensando vaya a saber en qué. Y ese momento de distracción nos daba un respiro frente a los afanes (qué palabra sacada de un desván, afanes, en el sentido de trabajos y preocupaciones, no en el sentido de robo) del presente. Esos espacios ya no existen más en una casa, o existen pero no son colectivos, son individuales. Y duran poco, en cualquier caso, más que nada por las obvias razones que son del dominio público.
A veces aparece algo que justo sirve: hoy entré en Kaputt y me topé en un poema de Guillermo Piro con la palabra "armiño", que me vino casi literalmente al pelete en una traducción de un texto del siglo XVII (texto que tiene una escena muy parecida a la del poema de "Will" Piro) para describir la barba de un rey ("a sable silver'd").
Blogger, en el futuro, va a ser como ese rincón polvoriento de la memoria familiar.
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