Lo posible
Estoy descubriendo una nueva noción práctica: la de lo difícil.
Antes, cuando no tenía nada de plata (es decir, durante toda mi vida, hasta hace un mes), existían para mí solamente dos clases de cosas. La mayoría eran imposibles. Algunas eran fáciles.
Caminar era fácil. Viajar en colectivo, imposible. Escribir una novela era fácil, pero fotocopiarla y registrarla era imposible.
Ahora de pronto me encuentro con que alquilar una casa es posible, pero difícil.
Es nuevo para mí esto de saber que aún con plata y todo las cosas demoran, se complican. En los años sin dinero me lo imaginaba como una varita mágica.
A lo mejor funciona así cuando es mucho. No sé, tengo poco. Me alcanza para alquilar, no para comprar.
Mientras tanto... no parece posible un mientras tanto; estar aquí, desde que comenzó febrero y volvieron los vecinos insoportables, es absolutamente insostenible, insostenible de toda insostenibilidad.
Anoche logré dormir a pesar del ruido y el horror; soñé que estaba en Auschwitz. Estaba en una parte relativamente cómoda de Auschwitz, en la oficina. La secretaria de mi papá también trabajaba ahí. Por nuestra cuenta, hacíamos un catálogo de colores feos e inventábamos una utopía lingüística. Era un idioma para comunicarse sin palabras. Un idioma táctil.
Solamente funcionaba entre amigos.
<< Home