Tuesday, February 22, 2005

Gonzo not dead

Me enteré por Wimbledon. Un tiro en la cabeza, como la película de John Woo.

Fin Hunter S. Thompson.

¡Claro que es donde empezó todo! Lo que los weblogs hubieran podido ser, esa oportunidad perdida es una gigantesca autopista vacía que lleva su nombre.
Justo me había comprado, en el supermercado, su novela extraviada por mucho tiempo, como reza (literal, muy literalmente) el subtítulo del original, The Long Lost Novel, The Rum Diaries, "Días de Ron". Me hizo acordar tanto al Buenos Aires Herald. Iba a tipear y postear un fragmento pero estoy muy triste.

Otro día.

"Fear and Loathing in las Vegas" es el libro que le envidiamos con más amor; la peli de Terry Gilliam con Benicio del Toro como abogado samoano hizo de Johnny Depp el actor que de ahora en más me temo que siempre hará de escritor en películas malas, luego de haber hecho de escritor en una película buena.
Que alguien tan grosísimo engrose la trivia de Hollywood, sirva de antecedente al fenómeno de los weblogs (que será mucho, mucho más efímero de lo que todos pensamos), y se diga de él "ah, un periodista loco" habla de que no estamos en el mejor de los mundos posibles. En un mundo paralelo, H. T. es reconocido como escritor y tiene una influencia literaria en autores más jóvenes que él (tenía 67).

¿Se entiende que digo esto sin resentimiento, sólo con pesadumbre?

Hablo del cadáver anterior, el primero del día. Hay más hoy. Por suerte no le importa a nadie que, como el detective Sam Spade, uno llegue tarde a los muertos.
Guillermo Cabrera Infante se merece otro post. Se lo quedo debiendo; ese obituario le toca -creo- a Néstor Tkaczek.
Esto no pretende ser un obituario. Just hold his cold hand in yours and let the tears flow. Apenas agarrarse de una mano fría y dejar correr las lágrimas.

Si quedaran.