un lector
Histeria, de eso se trata. Mi barrio blog es un gran "como si". Salvo por la Gran Excepción a.k.a. El Responsable, mi barrio blog es la obra menor de un puñado de buenos escritores sin obra mayor a la vista. Posteás un cuento y: No Comments, posteás una queja y salen todos los bloggers del barrio vecino a matarte. "Podría ser peor", me dice Déivid. "Por lo menos no te atacan el cuento".
Sé que de este mundo ni al gato le importa esto, pero igual lo voy a decir, por si hay un dios o algo que se le parezca, escuchando: lo primero que hago cada día es escribir un poco de mi tercera novela, sólo porque necesito hacerlo para respetarme a mí misma, y si pierdo el respeto que me tengo, no me va a quedar absolutamente ningún respeto. Al combustible no renovable hay que cuidarlo mucho. Mimar los autos viejos es preciso. Cuido cada lector que me lee un poema, que me pregunta por un libro. Yo creí que para ser escritora tenía que escribir, eso fue lo que hice, fue lo único que hice. Lo que tengo ahora son un montón de libros escritos. ¿Literario? Literal, psicóticamente literal lo mío. Desahuciada para la fama y el éxito, que debí conquistar de joven haciendo otras cosas además de escribir, me harté de hacer el ridículo ya. Basta de fingir que nos interpela ese gran Otro que no está, porque no está, chicos, no está. Nadie, ningún cronista del New York Times nos pregunta qué comimos hoy a la mañana. Pero el blogoescritor madruga y sube a la blogosfera esto: "Hoy desayuné un huevo frito". Magnífico. Y claro, los pibes se nos burlan.
Let's face it.
Consagré mi vida a esto -estoy completamente convencida de no ser mediocre, de que la calidad no es el problema-, y el gran Otro no está, no acudió al llamado, no vino. Lo que sí acudió es un otro, un semejante. Tengo un lector de mis poemas en España, que además me los traduce al catalán y me los manda por email y suenan una maravilla. Y desde Córdoba (Argentina) alguien me cuenta que leyó DAF. ¡Un lector! ¡Un lector que es como si me leyera la humanidad toda, yo que soy humanista y descreo de las estadísticas! La diferencia entre nadie y uno es infinita. La diferencia entre uno y 10.000 no es asunto mío. Ni la posteridad ni los posters son asunto mío. Pero existe un lector. Eso es lo que "hace una diferencia", como dicen los malos traductores del inglés. La única verdad es la realidad, dice el adagio, y la realidad es que llevo veintiocho (28) años exclusivamente escribiendo, y ya tengo diez (10) libros escritos, cinco (5) publicados, y dos (2) lectores. En poesía y en prosa, respectivamente. Aparte de los amigos y de algún que otro crítico, eso es todo y por supuesto no puedo comportarme "como si". Se molestaron en escribirme emails, se los respondo por email. Mi gratitud es inmensa.
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