el futuro de las ruinas
(rastro de un sueño)
Me gustan las cosas antiguas, lo que está bajo la piel del presente: una erótica de lo arqueológico, de la antigüedad hallada, mejor todavía si no es monumental sino un fragmento de la vida de todos los días -un escudito esmaltado, una caja de hojalata que sirvió para guardar pastillas de menta-. Lo joven y actual en cambio me aterroriza; es una promesa de futura decadencia. Me gustan las cosas que han exhalado ya su mejor aliento y pasado su edad útil pero siguen vivas, bellas en su estabilidad de utensilio jubilado y ricas en tiempo sobrante y futuro y en memoria.
Siempre me gustaron las cosas antiguas, no es de ahora. Me gusta el vértigo que dan y su sabor a pérdida, y su condición de sobrevivientes. Y encontrarlas.
(NOTA: mi abuelita Elvira hoy hubiera cumplido 105 años)
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