MONTENEGRO
Guerreros éramos de la nada,
nuestra insignia una lágrima de nube;
atrincherados en algún pliegue del viento esperábamos
al tiempo, sólo al tiempo inagotable,
amantes casi en lo eterno y su vacilación de pálida vela,
en la inútil pluma índigo de su luz.
Labels: poesía
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