Wednesday, May 24, 2006

creepy, huh?

¡Válgame Dios!

Justo cuando terminaba de redondear el pasaje de la terrible tormenta del capítulo 9 y de teclear las palabras: "un gran estrépito de piedras y hollín sobre el fuego de la cocina", SE CORTÓ LA LUZ.
¡Qué mejor que traducir "Cumbres Borrascosas" a la luz de las velas!
Con el corte de luz perdí el párrafo de la tormenta; pero como justo Déivid había tenido la buena idea de comprar en el Ejército de Salvación un montón de velas usadas, que yo recordaba dónde había guardado él, pude contar (además de mi proverbial velita Ranchera en el cajón de los cubiertos de la cocina) con luz suficiente para rescatar el párrafo a mano en un cuaderno, guiándome por la versión castellana en papel que uso como guía.
Cuarenta minutos, nada más, duró el corte de luz.
Seguí traduciendo (tengo el original sólo en versión electrónica), y a poco de continuar me topé con este dato: "en veinte minutos cesó la tormenta".
Durante la misma, en la ficción por supuesto, había caído un rayo.
Joseph, el criado supersticioso, había tomado esa tormenta por una "visitation".

"Mierda", dije.

Y seguí adelante. Casi sobre el final del capítulo, estaba agotada. Decidí parar, pero me puse a pispear la oración siguiente como para alentarme a avanzar un poquito más. "En este punto del relato, mi ama de llaves echó una mirada al reloj de la chimenea, y se quedó atónita al ver que las agujas marcaban la una y media", decía.
Atónita me quedé yo cuando eché un vistazo al reloj de la computadora en el ángulo inferior derecho de la pantalla y vi que marcaba la 1:43.

Juro que nunca más, nunca más me voy a reír cuando diga: Bradford, en Brontë Country.

¿Emily vive?
No sé, pero por las dudas le tengo un respeto...

3 Comments:

Blogger Martín Felipe Castagnet said...

cuidado con las epifanías

son más comunes que los milagros, y mucho más peligrosas

más si son literarias (se sabe, gente maldita si las hay)

*

(Pregunta pendiente: a un libro, ¿se lo puede cerrar y abandonar sin faltarle el respeto?)

7:43 PM  
Blogger xenia said...

Bueno, epifanía, lo que se dice epifanía... ¿Dónde está el SENTIDO?(Se me ocurre que ESO es lo "peligroso" de la epifanía). Esto que cuento, más bien fue una coincidencia escalofriante.

En cuanto al respeto por los autores y los libros... una cosa es devorar una novela en dos días, otra muy distinta pasarse dos meses traduciéndola. Te puedo asegurar que el autor se convierte en alguien de tu familia.

Ah, la tía Emii manda saludos...

10:03 PM  
Blogger paula p said...

adelantee!
the horse´ll be with you!

12:27 PM  

Post a Comment

<< Home