Monday, September 26, 2005

el abismo mismo

SEPAN DISCULPAR LAS MOLESTIAS CAUSADAS.
ESTAMOS TRABAJANDO EN LAS MEJORAS.

Difícil, casi imposible explicar a quien no lo haya vivido, lo que significa haber habitado en cierta época de tu vida una atmósfera de odio. Respirar odio: haber respirado odio. El odio se te pega. Deja láminas como hongos en el espejo. Hay que despegarlas cada mañana.
Por una de esas coincidencias, estoy escribiendo esto (offline, en bloc de notas) y justo me llama un amigo. Habla, se ríe. Me despierta de la pesadilla que había vuelto a instalarse como una nube.
La pesadilla, típicamente en esta clase de problemas relativamente leves denominados TAS (Trastorno de Ansiedad Social), se dispara al leer u oír las malas críticas. (UPDATE: Ello no necesariamente tiene que ser un problema. Véase la HPR1 sobre el ANT en la entrada del jueves 29 de septiembre en este mismo blog.) La cinta de transmisión parece ser cierto conjunto también muy típico de respuestas físicas. Como lo puedo comprobar por mi experiencia a medida que voy escribiendo esto, primero el pulso se acelera, la respiración se dificulta, las manos tiemblan, los músculos se tensan, la adrenalina fluye. Después, si bien lo que tengo ante mi vista es un ventanal dando a un magnífico paisaje primaveral de fresnos que comienzan recién a florecer, el espanto tiende a inundarme la mente. Pero es un mecanismo como cualquier otro: hay que dar un paso atrás, y observarlo. Es, como el odio fraterno ambiente que lo fue construyendo, un velo. Se puede ver a través del mecanismo. Ver la belleza del día y admirarse, tanto de la belleza como de esta nueva capacidad. Como siempre en estos casos, siento una tensión muy desagradable, y me parece que me ahogo; pero esta vez no siento odio. Esta vez logro detener esas segundas reacciones que venían siempre tras el malestar físico, puntuales como un reflejo condicionado: primero el espanto, luego la culpa por sentirme tan mal. Lo más peligroso, cuando no tenía conciencia de mi propio problema psicofísico, era la transformación de la culpa en rencor ante el emisor de la crítica que había sido el disparador del malestar. Terminaba sintiendo odio, expresándolo, despertándolo en el otro, recibiendo una peor respuesta y perpetuando el circuito.
Ahora que comprendo que la causa del malestar es mi enfermedad y no este desconocido, todo cambia. Puedo ver a través del velo y notar también su malestar, que debe haber sido intolerable. Puedo admirar el trabajo que se tomó en expresarlo bajo una forma escrita bien lograda. Ante el displacer de la reacción mecánica se alza, como una respuesta interna, el orgullo de pertenecer a esta especie tan interesante, capaz de tales niveles de complejidad. Y mirándolas así, objetivamente, hay mucho de bueno y de valioso en las malas críticas. Estas surgen de la furia o el fastidio de alguien que halló en sus propios sentimientos displacenteros, disparados por algún texto mío, una motivación fuerte para investigar, escribir y publicar en la Red otro texto cuyo tema son precisamente estos mismos abismos. Un crítico puede ser un colaborador, no necesariamente un enemigo. Trabajamos en la misma dirección. Ya sea por furia o por curiosidad, lo sombrío del alma humana nos atrae. El talento se derrocha sólo si uno se pierde en tales sombras. Pero basta un mínimo de conciencia del problema para hacer del enfermo un espeleólogo de su propia oscuridad. ¡Quién tuviera el genio literario de un Dostoievski, o el cinematográfico de un Polanski, para poner una cámara con lámpara infrarroja acá!

Escritores y artistas de cualquier laya, ante lo más incontrolable y terrorífico de nosotros mismos sacamos a relucir nuestras mejores habilidades. No siempre, pero a veces las malas críticas o las réplicas de descargo son de alta calidad. En especial cuando las anima una rica mezcla de sentimientos de su autor: está la bronca pero también cierta admiración, la consiguiente decepción, un evidente respeto. Constituyen pequeñas obras de alta precisión. Son como una lupa puesta sobre las debilidades humanas. ¿Por qué quien escribe esto no habría de tenerlas?

UPDATE: Uf, me salió un post romántico.

UPDATE 2012: ya ni me acuerdo a qué venía todo esto, pero hoy lo reemplazaría con un gran FUCK YOU a quien correspondiere. Mandando de paso a la mierda al New Age también...