cartografía y errancia
Al leer los comentarios bloggers sobre las ponencias del Rojas, noto que quedé en el ala derecha. Defendiendo viejas cosas. Con ropa de invierno un 20 de septiembre.
Pero ¿hay que dinamitar y demoler todo?
El polvillo, el humo, me dan tos.
El pelo de gato también, pero yo quiero mi foto con gato en la solapa de mi libro a los 50. Y que otros escritores también tengan su gato, su libro, su solapa ancha.
Su biblioteca. Si pudiera, le regalaría muchos libros a Fander.
Aviso (ya avisé) que mi pesimismo podría ser un sesgo patológico.
Yo tendría miedo de mí. Por suerte estoy informada de mis propios movimientos.
Mi pesimismo podrá ser patológico, pero mi esceptiscismo es razonable.
Tendrían que venir mapas que supieran decirnos: hasta acá, el territorio inexplorado, la selva virgen, donde se deja atrás lo que ya no se quiere. Desde acá, el páramo, el desierto, donde "no se puede contra lo que no se puede".
Porque si no, en la pampa, se pierde uno.
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