Tuesday, September 06, 2005

Alexander: search & replace

Anoche vi en video "Alexander" en la llamada "versión del director" o "director's cut". "Con más mimos entre chicos que lo que se vio en las salas" tendría que decir un subtítulo en alguna parte de la caja del DVD. Sin avisar, claro, que estos chicos Macedonian chic, tan mujer-u-hombre, tan a lo Puig, atrasan veinticinco años cuando deberían atrasar dos mil quinientos... pero bueno, es Hollywood.
En su momento leí todas las críticas de la pelicula que encontré, y me asombraron por su saña: se me ocurrió que los críticos debían tener algo personal contra Oliver Stone, o contra las estrellas Colin Powell, Val Kilmer, Angelina Jolie. Ahora, después de ver la película, lo que me asombra en cambio es la clemencia de esos mismos críticos. Alguien, antes de que se pusieran los millones para semejante megaproducción, tendría que haberle avisado a Oliver Stone que hallándose maduro y contando con los elementos para hacer la mejor película de su vida, acababa de escribir la peor. Todo lo malo que se dijo del bueno de Oliver está ahí, ya desde el guión. A tal punto "Alexander" destila patología que no necesita de ninguna teoría conspirativa: la de su héroe es la posición paranoica en estado puro. No se puede confiar en nadie y eso es dicho y repetido siempre ante miles, o ante los dioses. Por no hablar del discurso político imperialista moderno, de raíces románticas ("¡Les llevamos la libertad!") en un film filmado y distribuido en plena invasión a Irak (eso creo que lo dijeron), discurso atemperado por cierto multiculturalismo thai. ("Alejandro, adoptaste las costumbres orientales", le reprochan sus futuros ex amigos, y se lo ve a Colin Powell con cara de fumado, con los ojos delineados con kohol como los tenía Jared Leto/el rey Darío antes de que lo boleteara su propia tropa, y rodeado de chicas y chicos con la cabeza llena de trencitas rematando en cositas plateadas brillantes que les cuelgan sobre la frente y envueltos en unos mantos carmín tejidos a telar muy World style). Como no soy crítica de cine sino que lo mío es escribir sobre hechos que no sucedieron, me imagino la película que pudo haber sido y no fue. Imagino esa misma historia, esos parlamentos de drama familiar edípico y de pandilla juvenil inventada por Hollywood, esa sed de gloria tan comprensible en ese pobre pibe con tantos problemas en el hogar (sobrecompensación, dijera Sigmund), todo ambientado en los años cincuenta, es decir: en unos años cincuenta revisados cincuenta años después. Cambien los peplos por jeans, los caballos por motos Norton, los elefantes por autos Cadillac... ¿y no sería, acaso, esa la película que no le alcanzó la vida para protagonizar a James Dean? Cambien Macedonia por Detroit, Persia por Los Angeles, India por México... Cambien esos inverosímiles generales de la Antigüedad hablando como "gangsta kids" por una pandilla moderna, no la de Alexander The Great sino la de Alexander De Large (así se llamaba el protagonista de "La naranja mecánica", que también era arrogante, también era paranoico, y también fue traicionado por sus propios amigos)... y... ¡ey! ¿Dónde está ese guión?