artistas
Volver con los artistas: volver a ese mundo de vino tinto barato, comida de rotisería, fantasía, frío y aguarrás.
¿Cómo se me ocurrió que alguien podría querer expulsarme de ahí?
Ni cuenta se darían de si falta o si sobra uno, uno menos o uno más.
Yo quería irme, ahora lo entiendo. Había nacido en ese mundo. Anhelaba lo que tenían todos los demás: horarios, leyes, y una sana vocación por el lucro y la comodidad.
Artistas. Los artistas jóvenes de ahora son iguales a los artistas jóvenes de antes. Gente suave y leve que trabaja, trabaja sin descanso para fabricarse un espacio en el mundo. Agradecidos de poder empezar al fin a pertenecer, contentos de que los dejen ponerse la camiseta de lo que sea, trabajan por miseria entre ogros que ya heredaron su propio espacio, y que ahora se limitan a tomar el té y a esperar.
Los artistas sueñan. Su sueño es una promesa y los libera. El sueño los redime. La humillación que apenas notan hoy, será la página famosa de autobiografía de mañana. Hay gloria allí, en el sueño. La gloria no va a fallarles, a ella se confían. Y el futuro se extiende ante ellos como un atardecer anaranjado.
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